jueves, 4 de noviembre de 2010

Los curitas cachay, por Dios...

La historia ha registrado, en el Perú y en el resto del mundo, muchos casos de sacerdotes “bragueta floja”, así que el caso del cura José Antonio Bohuytrón, de Trujillo, no me escandaliza como a muchos. Pero, el chisme de moda me da la oportunidad de rescatar el tema del celibato.

Varias sectas (incluyendo la católica) promueven la entrega total a Dios a través de la liberación de las cargas y distracciones propias de una relación matrimonial. Esto, además, implica abandonar todo tipo de vida sexual. Se supone que esta decisión es voluntaria. Lo que yo cuestiono es la capacidad que puede tener el ser humano para tomar decisiones de tal magnitud, a tan temprana edad y para toda la vida

Según la teología católica, basada especialmente en las declaraciones del apóstol San Pablo, el estado ideal es el celibato. El matrimonio, según su biblia, y a pesar de que algunos digan lo contrario, es el “ya no te queda otra” del "aguantado" que no puede luchar contra “el pecado de la carne”. Es decir, si eres un católico casado ejemplar y santísimo, de repente entras al cielo.

Sin embargo, esto no sucede en otras religiones, en las que permiten que uno sea célibe una época de su vida y luego, si quiere, puede buscar esposa.

Al curita este se le escaparon las hormonas y punto. Y la culpa no la tiene él, sino la iglesia que no es más flexible con su personal. Es por culpa del voto eterno de castidad.

Cualquier ser humano puede tener sus calenturas, es normal, es parte de nuestra naturaleza humana. El "pecado" es propiciado por quienes les obligan a cortar esa muy humana y natural calentura por el resto de sus vidas, condenándolos al infierno si es que aflojan la sotana aunque sea una vez. 

Si la iglesia fuera más inteligente y menos interesada en lo material, debería dejar de exigir votos eternos y dar la oportunidad de que sus curas y monjas puedan formar familias normales, así como lo hacen algunos protestantes desde hace más de cinco siglos. ¿Acaso ellos han perdido clientela por eso? No, al contrario. Y así se evitarían no solo a tantos curitas bandidos como el de Trujillo (que es un caso, pero hay tantos otros sin ampayar), sino atrocidades reales, como los cientos de casos de pedofilia clerical de los que nos hemos venido a enterar desde hace unos años.

Si alguien puede ser célibe toda su vida, que lo sea. Pero, que ninguna institución religiosa lo fuerce si no puede. Ya decía San Pablo en su biblia: “No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo. Pero, si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que abrasarse” (I Cor. 7,8-9). Allá pues las autoridades eclesiales que no supieron (o quisieron) entender esto y se les ocurrió hace siglos que la mejor manera de mantener a su personal dedicado toda la vida era el celibato.

El dios de los cristianos es tan sabio que, si hubiera querido célibes, los hubiera mandado a circuncidar más arriba, o algo parecido...


martes, 2 de noviembre de 2010

El país de los extranjeros [Entrevista a Michael Werz]

El asunto migratorio en los Estados Unidos está sobre el tapete en los últimos años, sobre todo ahora que existen corrientes preocupantes con respecto a ese sector de la población. El reconocido filósofo y politólogo alemán Michael Werz tiene una visión especial respecto a ese fenómeno.

Michael Werz
Michael Werz estuvo en Lima la primera quincena de setiembre del 2010 invitado por el Goethe-Institut del Perú y participó como uno de los principales expositores del VI Encuentro de Derechos Humanos, cuyo tema fue "Diversidad Cultural y Derechos Humanos", evento que se realizó de manera simultánea en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Los últimos hechos ocurridos en Arizona han causado gran preocupación. ¿Cuál es el futuro de la política migratoria de los Estados Unidos? 

Es una pregunta complicada. La ley 1070, que afectó a las minorías en Arizona, en especial a los inmigrantes latinos, parece no ser constitucional y el Gobierno de Barack Obama señaló que llevará esta consulta a la Corte Suprema.

El Gobierno de George W. Bush, desde el 2006, trató de regular la inmigración no documentada en los Estados Unidos. Hay casi 12 millones de personas indocumentadas o ilegales y eso es un problema legal y social muy grande, porque las expone a la explotación. Una razón por la que el debate resurgió este año fueron las elecciones y la debilidad del partido conservador, el cual no tiene ahora liderazgo y está sufriendo un empuje de la extrema derecha, que se orienta en contra de la diversidad en Estados Unidos, y el Partido Republicano no ha encontrado una manera de entrar en un debate más civilizado y constructivo.

¿El problema tiene que ver con aspectos netamente étnicos y raciales o con una amenaza en el ámbito económico-laboral? 

Foto: webdelpuente.com
Es una mezcla de ambos. Sobre todo, se trata de la percepción de lo que significa esa migración ilegal. Hay estudios que demuestran que, en el plano laboral, los inmigrantes ilegales realmente no compiten con los norteamericanos. Los inmigrantes trabajan en circunstancias bajo las cuales muchos estadounidenses no aceptarían trabajar y con sueldos bastante bajos, justamente debido a que, por estar indocumentados, no tienen la oportunidad de organizarse y defender sus derechos. Dicho esto, también debemos tomar en cuenta que la percepción en medio de una crisis económica, con 10 % de desempleo, es obviamente diferente.

¿El Estado debería hacer algo?

Creo que el presidente Obama debe esforzarse más en explicar a la población norteamericana que la inmigración ilegal no es un problema, por el contrario, ha ayudado mucho al crecimiento económico del país.

Y no solamente eso, sino que ha ayudado a que los estadounidenses tengan ciertas experiencias que, de otra manera, no hubieran podido obtener.

Absolutamente. La sociedad americana es la más heterogénea del mundo. El censo de este año indica que alrededor del 2035-2037 ya no existirá una mayoría blanca y que será la primera sociedad en el mundo que solo consistirá de minorías. Esto es un experimento sociológico de un alcance inmenso. Cada vez más gente acepta la diversidad en la sociedad estadounidense y especialmente los jóvenes entienden que el proceso trae muchas ventajas al tener una sociedad tan heterogénea y con tantas tradiciones culturales, lingüísticas y religiosas diferentes.

¿Cómo ha influido la heterogeneidad étnica y social en la percepción del nacionalismo de la población estadounidense? 

De una manera muy básica. El nacionalismo estadounidense no se puede comparar ni confundir con el nacionalismo tradicional europeo ni con el nacionalismo latinoamericano, que muchas veces destruye a las minorías y fortalece a las estructuras de poder. En Estados Unidos, ser nacionalista significa reconocer que no hay ninguna posibilidad de definir la sustancia de la nación norteamericana en términos culturales, religiosos o según el color de piel.

Barack Obama
A raíz de los atentados del 11 de setiembre, la política exterior de Estados Unidos y su relación con los inmigrantes y las minorías cambió radicalmente. Sin embargo, en medio de ese proceso, Barack Obama surge como el primer presidente negro y, además, con raíces musulmanas. ¿Cómo ha afectado esta elección la percepción de la población en vías a una sensación de paz interna? 

Esta experiencia tiene dos años y es aún muy fresca para saberlo. Pero es interesante que, si bien Obama es el primer presidente negro de los Estados Unidos, al mismo tiempo es el 44° presidente blanco, porque viene de una familia mixta y ni siquiera representa lo que se podría definir como la experiencia afroamericana de los habitantes de ese país. Su padre fue un académico que vino de Kenia, dejó sola a su madre americana y Barack Obama creció en Kansas, en Indonesia y en Hawái. Entonces, al provenir de una familia mixta y habiendo crecido en los márgenes de la sociedad norteamericana, él se ha sentido siempre cómodo tanto en contextos blancos como en contextos negros. Su persona refleja, entonces, la historia de los Estados Unidos de los siglos XX y XXI y, por ello, mucha gente se puede identificar con él. Creo que Obama va a pasar a la historia no como una persona de raza negra, sino como alguien mixto, que no se puede definir.

Si bien en Estados Unidos hay una gran diversidad interna, el manejo de sus relaciones con los países vecinos no es bien visto. Se percibe, más bien, un rechazo a ellos. Pero, en Europa, aun cuando hay menos diversidad interna en cada nación, sí existe en general una buena relación con los países vecinos, no solo distintos en lo étnico sino también en sus procesos culturales. A pesar de ello, se percibe una mayor unidad. 

No hay que sobrestimar la integración europea. Todavía hay mucha inquietud entre las naciones. Aunque la comunidad europea parece ser estable, es difícil prever qué va a pasar en los próximos diez a veinte años. Las sociedades europeas no son muy hábiles para entender la diversidad como un proceso positivo y ventajoso. También creo que la sociedad estadounidense y la mexicana están creciendo juntas y esto produce disconformidad en muchos americanos, pero en muchos más mexicanos. Es un hecho innegable, aunque se estén construyendo muros en las fronteras de ambos países. Solo basta saber que hay ya unos quince a veinte millones de mexicanos y unos cuarenta millones de hispanos en Estados Unidos (lo que equivale a la población entera de España) y que en el 2050 habrá unos cien millones de hispanos. Además, ya hay casi un millón y medio de estadounidenses viviendo en México. Esto significa que ambas sociedades solo pueden definir su futuro en común. Creo que, en unos quince o veinte años, esto se va a dar en los dos lados de la frontera, lo que va a cambiar de manera sustancial la política de la región.

Hemos visto cómo en los últimos años varias series y programas de TV, especialmente para niños, además de la publicidad, están incluyendo personajes de distintas razas. ¿Esto es una presión social que las empresas y medios están sintiendo y lo hacen para no ser mal vistas o realmente refleja una aceptación general de las diferencias en los Estados Unidos? 

Mire, empresas son empresas, y su interés principal es ganar dinero. La forma en que se manejan sus contenidos comunicacionales y sus anuncios depende solo de su interés económico. Ahora el mercado estadounidense está buscando latinos de alta calificación. El Gobierno tiene problemas para conseguir a miembros de la comunidad hispana y latinoamericana que puedan trabajar porque los sueldos en el sector privado son mucho mayores y hay una demanda tremenda para este nuevo grupo. En una sociedad en la que ya no hay minorías, todos los empresarios saben que deben incluir a "los otros" para que estos no los excluyan a ellos. Y esto, en publicidad por ejemplo, constituye una diferencia tremenda. Cuando viajo a países de Sudamérica o a México podría llevarme la impresión, por sus anuncios, de que solo tienen bebés de pelo rubio y ojos azules. Pero, en Estados Unidos es importante representar la diversidad de la sociedad porque es parte del interés común no excluir a nadie.
Michael Werz es profesor adjunto del Centro de Estudios Alemanes y Europeos de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, e investigador visitante en el Instituto para el Estudio de Migraciones Internacionales de la misma universidad.
Es doctor en Filosofía por la Universidad de Frankfurt, Alemania, y magíster en Ciencia Política y Estudios Latinoamericanos por la misma universidad. Su tesis de habilitación, sustentada en el Instituto para la Sociología de la Universidad de Hannover, Alemania, versó sobre raza y etnicidad en los Estados Unidos.
Es autor de libros como Límites de la secularización. Comunidades imaginadas, Raza y etnicidad en Estados Unidos de 1890 a 1990 (2010) y Sobre el origen de la crítica de la ideología (2000). Actualmente, prepara el libro Raza y etnicidad en el siglo XX, una historia intelectual de la diversidad que examina los factores históricos y académicos involucrados en las políticas de etnicidad e identidad en los Estados Unidos y Europa.

miércoles, 8 de setiembre de 2010

Presentan recurso de nulidad contra inscripción de la lista de candidatos por el partido Fuerza Social

El 31 de agosto, y en base a la conversación con un abogado, me percaté de que había un aparente problema con las fechas de la inscripción del Partido Descentralista Fuerza Social, que encabeza Susana Villarán. Evidencié la duda que esto me producía en mi programa "A Boca de Urna", que se transmite por Radio Miraflores de lunes a viernes a las 4 PM.

La duda se resume en que el partido de Susana Villarán había sido inscrito en el Jurado Nacional de Elecciones el 30 de junio, dieciséis días después de que se cumpliera el plazo para realizar elecciones internas en los partidos que presentarían candidatos a las elecciones municipales del 3 de octubre, el cual había vencido el 14 de ese mismo mes. También lo compartí en mi cuenta de Twitter (@JEESxorcismo) y en Facebook, como consta en este tweet:


Al constatar mediante un post del propio sitio web del partido Fuerza Social que se celebró la inscripción en esa fecha, la duda creció y consulté a varios abogados, algunos de ellos políticos de larga trayectoria. Casi todas las opiniones concordaban: este problema de fechas podría haber sido pasado por alto por el JNE y, de ser este el caso, debería declarar la nulidad de la candidatura de Susana Villarán y la de toda su lista.

Sin embargo, algunas voces recurrían al artículo 11° de la Ley de Partidos Políticos para afirmar que los actos previos a la inscripción del partido eran absorbidos automáticamente al momento de obtenerse esta. El mencionado artículo dice lo siguiente:

"Artículo 11º.- Efectos de la inscripción
La inscripción en el Registro de Organizaciones Políticas le otorga personería jurídica al partido político.
La validez de los actos celebrados con anterioridad a la inscripción del Partido quedan subordinados a este requisito y a su ratificación dentro de los tres meses siguientes a la fecha de su inscripción.
Si el partido político no se constituye o no se ratifican los actos realizados en nombre de aquel, quienes los hubiesen celebrado son ilimitada y solidariamente responsables frente a terceros.
Los partidos políticos con inscripción vigente pueden presentar candidatos a todo cargo de elección popular".
Hoy, poco más de una semana después, recibí la copia de un documento de cuatro páginas en calidad de primicia, el cual consiste en un "recurso de nulidad absoluta contra la inscripción de la lista de candidatos a la Municipalidad Provincial de Lima por el partido Fuerza Social". Según la persona que me lo envió, la información que di en mi programa de radio causó dudas en ella también y, realizada la investigación por su lado, habría llegado a la conclusión de que hay una irregularidad que el JNE está en la obligación de revisar y,  de ser cierta, declarar la nulidad de la candidatura de Susana Villarán y toda la lista de Fuerza Social.

Hago público el documento completo en este blog, así como lo haré mañana con mis oyentes, para el respectivo comentario y evaluación de los especialistas.

El JNE tiene la última palabra, y esperemos que resuelva en el plazo más corto, ya que esto pone en jaque nuevamente a una de las candidaturas más importantes a solo tres semanas de los comicios.

Actualización al 10 de setiembre.

1. Esta tarde, Terra publicó un video en el cual la madre de Jessica, la firmante del recurso presentado ante el JEE, afirma que su hija "jamás ha participado en política y que todo es una farsa". Aquí la noticia de Terra: http://www.terra.com.pe/noticias/noticias/act2506040/madre-mujer-que-presento-recurso-nulidad-contra-fs-todo-es-falso.html

2. El noticiero 90 Segundos, de Frecuencia Latina, acompañó a Jessica a visitar al abogado que firmó el recurso de nulidad y ella manifestó no conocerlo. El mismo noticiero llevó el documento a una grafóloga, quien aseguró que la firma había sido falsificada. Jessica presentó, luego, un documento ante el JEE Lima Centro en el cual rechaza haber firmado el recurso de nulidad supuestamente presentado por ella.

3. De ser estos nuevos elementos ciertos, que es algo que les corresponde definir a las autoridades competentes, sería despreciable que algún interesado haya utilizado una duda legítima de un comunicador para fines oscuros y personales, desvirtuando así su esencia, que aún creo que debe ser aclarada por el Partido Descentralista Fuerza Social, ya que el hecho de que alguien haya mal utilizado datos hechos públicos por uno o más medios de comunicación no le quita validez a estos. La misma información que yo presenté en este blog y en la radio fue presentada por otros medios que también recibieron el documento, entre ellos el noticiero 24 Horas de Panamericana, los diarios El Comercio y Perú21, los cuales informaron también de la existencia de este, su presentación ante el JEE Lima Centro y los detalles de su contenido.

4. Espero que este tema se aclare rápidamente y salga a la luz la verdad. De ser cierta la información emitida por el noticiero 90 Segundos, seré el primero en condenar el mal uso de la información y pedir que se vaya hasta las últimas consecuencias para encontrar a los responsables.






Actualización al 11 de setiembre.

Un día antes de que se sembraran las dudas sobre la autenticidad de la firma de Jessica Motta Espinoza, el abogado Manuel Arce Farfán asumió personalmente el recurso de nulidad, modificando el domicilio procesal mediante un escrito presentado ante el JEE Lima Centro el 09 de setiembre a las 16.30 horas. En este documento, el abogado precisa algunos detalles del anterior y sustenta la inaplicación del artículo 11° de la Ley de Partidos Políticos.

Actualización al 11 de setiembre (8.30 PM)

El JEE Lima Centro emitió la resolución 00009-2010-JEE. Aquí el texto completo de dicha resolución.

RES 00009-2010-JEE

domingo, 15 de agosto de 2010

Fiebre de sábado en Miraflores

3.15 AM. Los gritos de hombres y mujeres discutiendo se hacen cada vez más fuertes en Tarata, Miraflores. Al comienzo, parece una de las típicas bronquitas de fin de semana, una más de esas a las que estamos acostumbrados quienes vivimos en esta parte del distrito que los visitantes usan de bar caleta y de pasaje para encontrar una salida hacia una calle en la que puedan parar un taxi para volver a sus casas (normalmente en otro distrito).

Pero, poco a poco el ruido sube y el descontrol parece exceder los límites de la costumbre. En menos de dos minutos, dos grupos de chicos empiezan a insultarse y agarrarse a golpes, mientras sus acompañantes femeninas chillan, insultan, blanden carteras y exigen que se metan "uno contra uno, a ver pues". En medio del tumulto se distinguen voces en inglés, un par de turistas están metidos en la colada.

Vecinos que están de pasada miran, resignados y atemorizados. Quienes vivimos acá nos asomamos por nuestras ventanas, creyendo que nuestros ojos recién abiertos podrán conformar una fuerza conjunta que servirá para apagar la bulla y poder volver a dormir, mientras los trabajadores de los restaurantes del pasaje intentan separar a los grupos.

Ni un solo policía. Ni un solo sereno. Y yo me pregunto: ¿dónde está ese fantasmal sereno que ronda Tarata todas las noches y que nunca aparece cuando estas cosas pasan? Sí, la misma pregunta de cada fin de semana (y de algunas otras noches también). Y me pregunto también qué dificultades administrativas hay que vencer para que a una cuadra y media de la municipalidad alguien ponga orden.

Los grupos se van dispersando, con lo cual el ruido no disminuye, al contrario, aumenta porque se gritan de más lejos. Y sigue durante unos quince minutos más desde dos sectores opuestos de Tarata, cada vez más alejados, con cada vez más pausa y más eco.

Y no hay serenos. Y no hay policías.

3.37 AM. Se oyen algunos gritos en los dos extremos de la calle y por primera vez una moto, una sirena grave y una voz multiplicada por un parlante. Silbatos (que no sé si son de un policía, un sereno o algún vecino que intenta hacerles creer que ya llegó la ley).

3.40 AM. Vuelve la "calma", palabra que aquí significa que se oyen ecos, las típicas bocinas de los autos que pugnan por voltear por Schell, Larco y Diez Canseco, las alarmas de los autos estacionados y que los borrachos no pueden abrir sin que suenen y las inocultables voces de los cobradores de combi que son ya parte del soundtrack de esta zona del distrito.

Una noche más, una noche casi normal en el centro de Miraflores.

domingo, 18 de julio de 2010

Wong y Masías nos robaron Miraflores

(Una historia real de cómo nos tomó 40 minutos llegar de Larcomar a Tarata, incluidas las respectivas broncas con policías y serenos).




Llevamos a nuestra hija de 3 años a Larcomar, a ver Shrek y comer algo. La bebe no se sintió bien al final y teníamos que regresar a mi casa, en Tarata, a seis cuadras. El viaje nos tomó 40 minutos, la indiferencia y malacrianza de algunos serenos, la estupidez de varios policías de tránsito y un taxista asustado a quien tuve que pagarle más del doble.

Saliendo de Larcomar, bastó voltear a la izquierda en la primera entrada posible para que empezara el infierno. Al llegar a la avenida La Paz, no había pase hacia Benavides. Ni una sola indicación, solo cintas que cerraban el acceso, policías y una unidad de Serenazgo. Al preguntarle al sereno por dónde debíamos ir, solo atinó a mirarme y decirme, "no sé, tendrán que irse hasta el puente Villena, me imagino". Al insistirle que vivimos en Tarata y que estaba con mi hija de tres años que no se sentía bien, me miró otra vez con indifernecia absoluta y me dijo "tendrá que preguntarle a los policías, ellos son los que cierran el tránsito".

Veinte metros más adelante estaban dos mujeres policías, a quienes les pregunté por dónde debíamos ir. Una de ellas, una retaca sobrealimentada con cara de poto, le explicó al taxista dos rutas, entendibles en su cabeza solamente. Ante su falta de voluntad y malas maneras, le dije: "¿Y quién va a pagarme el taxi, ustedes o el alcalde?". Al voltear el auto en U para salir de ese lugar, la tomba, prototípicamente prepotente, empezó a desquitarse con el taxista y a decirle que encima que me "estaba ayudando, todavía se molesta". Mi hija estaba llorando en el auto y yo estaba rabiando porque cada año es la misma historia: Miraflores deja de ser de los vecinos y pasa a ser la mesa de negocio de Wong y del alcalde de turno.

Me bajé del auto y la encaré. Que me dijera a mí lo que tenía que decirme y no al taxista que estaba haciendo un servicio por el cual, lógicamente, tendría que pagar más del doble. La tomba se puso malcriada y empecé a llamarle la atención como se lo merecen estos uniformes con patas cuando creen que, por ser "autoridad", pueden tratar a las personas como quieren. La grité como no la ha gritado ni su padre. Le dije lo que no le ha dicho su comisario. Y bien merecido que se lo tenía. No me estaba "ayudando", estaba cumpliendo mal con su deber y yo tengo todo el derecho a decirle en su cara que ella no tiene por qué ponerse malcriada con el taxista porque yo hice un comentario, que si quería aclarar a alguien, debía decírmelo en mi cara. Después de decirle todo lo que tenía que decirle, me subí de vuelta al auto y empezamos a adivinar nuevamente el camino. Terminamos, sin flechas que seguir, sin rutas alternas previstas ni por la Policía Nacional ni por la Municipalidad de Miraflores, dando la vuelta en U en Barranco, en medio de un atolladero de autos que buscaban lo mismo que nosotros.

Entramos a la Vía Expresa y nos encontramos con un segundo atolladero. Ni un solo policía, todos estaban cuidando el evento de Wong. Pretendimos salir del zanjón hacia Benavides. Cerrado por dos policías, un hombre y una mujer. Después de 15 minutos parados en esa salida, llegamos a los tombos. El hombre le explicaba a un conductor que no podía salir por ahí y la mujer lo miraba del otro lado del auto. Saqué mi DNI por la ventana y llamé a la mujer policía: "¡Señorita, señorita!". Nada, mirada de conmigo-no-es. Otra vez, ya parado en la pista: "¡Señorita! Vivo en Tarata, déjeme pasar, estoy con mi hija que no se siente bien". Se sentó en la noticia y, de reojo, balbuceó: "No pueden pasar vehículos de servicio público, siga de frente". No quería seguir peleando, mi hija había entrado en pánico (no exagero) al verme discutir con la primera policía. Solo le dije: "No me importa lo que le hayan dicho, estoy a más de quince cuadras de mi casa, hace media hora que estoy en sus atoros y mi hija está mal". Consultó con el hombre y ni siquiera nos dieron una señal de pase, simplemente se movieron a un lado y yo tuve que adivinar que esa malcriadez significaba que "nos daban su permiso" para pasar.

Tratamos de llegar a Benavides, sin saber por dónde ir sin exponernos a otra calle cerrada y a otros policías o serenos dueños de las calles por encargo del alcalde y sus amigos de Wong. Olfateando las pistas, como perro vagabundo, le indiqué la ruta al taxista. Finalmente, llegamos a Benavides, casi a la altura de República de Panamá. Entramos por la avenida, cruzamos la Vía Expresa y volteamos por Grimaldo Del Solar con la idea de bajar por Schell. Todo iba bien hasta que llegamos al cruce de Schell con La Paz. Otra barricada. Otros dos tombos con casco en lugar de cerebro. El DNI por la ventana y que no podíamos pasar, que no, que no. Hasta que vieron a mi hija dormida y la tomba le dijo al tombo: "están con bebe". Yo ya a punto de bajarme del auto para tumbarles la tranca, y justo en ese momento el tombo sacó la cinta e hizo un gesto de pase, el mismo tipo de gesto que le hace uno a su perro cuando le abre la puerta para que vaya a mear al jardín. Y pasamos.

Sorteamos decenas de peatones que tomaron la calzada y llegamos a Alcanfores, voleteamos a la izquierda y luego a la derecha. Tarata no era más de los vecinos. Tarata era un mercadito donde todos iban o venían y se paraban a tomarse fotos. El auto tuvo que volverse un reptil para sortear los obstáculos y avanzar los 100 metros que nos separaban de mi edificio. Llegamos por fin. Tuve que pagarle el triple al taxista y vi mi reloj: 40 minutos desde que salimos de Larcomar, a 6 cuadras.

Estoy escribiendo esto sentado en mi cama. Mi hija y su mamá están dormidas a mi lado, con sobresaltos cada vez que algún carro alegórico o banda pasa cerca. Teníamos planeado salir más tarde, ir al Circuito Mágico de las Aguas. "Es un buen día para que la bebe conozca las fuentes, todo el mundo va a estar en el corso", comenté ingenuamente en la mañana.

Pero no, ahora estamos presos en nuestra propia casa. Si salimos, no tenemos idea de cómo llegar a una calle donde haya un taxi, no tenemos idea de cómo salir del Miraflores de Wong y Masías, y no tenemos idea de a qué hora podremos volver sin que nos pase lo mismo.

Estoy sentado en mi cama escribiendo esto mientras, a menos de media cuadra, nos destrozan el domingo trompetas, gritos, tambores, música estridente y megáfonos, todo pagado por los chilenos de Wong y permitido por un alcalde cuyos serenos solo saben decir "yo no sé, los que cierran la calle son los policías".

De algo sí estoy seguro hoy, que el 5 de agosto, cuando Manuel Masías vaya a mi programa de radio, como ya se comprometió, va a tener que responder muchas preguntas con relación a este tema. Y que el próximo año, sea como sea, me mudaré de Miraflores.
Actualización: Mientras colgaba el post, mi hija y su mamá se despertaron gracias al paso de una jauría que gritaba "¡Bob Esponja!"...

jueves, 1 de julio de 2010

A ver, ¿qué partido se atreve a tenerme como candidato al Congreso?

Acabo de volver de la peligrosísima calle y estoy en el lugar más seguro y apacible del mundo: mi casa. Y he tomado una decisión: lanzarme al Congreso. ¿Por qué? Por joder. Por hincharle las pelotas a este país que no las tiene. Para ver quién se atreve a decir: "Sí, eso es lo que necesitamos en la política nacional".

A ver, ¿qué partido tendrá los huevos para llamarme a sus filas con estos planteamientos?

1. Quiero un Perú donde las cifras de crecimiento no se igualen artificialmente a las cifras de desarrollo. El Perú crece económicamente ante los ojos del mundo, pero el verdadero desarrollo es inversamente proporcional a ese crecimiento. Porque yo entiendo el desarrollo como la capacidad de las personas de crecer como seres humanos civilizados a la par de los números bonitos y las calificaciones internacionales que se celebran en Palacio de Gobierno entre pisco sours y sonrisas de medio lado porque ya llegó la coima del día y mañana vendrá una más grande.

2. Quiero un Perú donde las leyes se respeten. Y no porque las autoridades se pongan los pantalones, porque eso nunca va a pasar, sino porque los propios ciudadanos no tienen miedo a plantársele a un conductor que no lo deja pasar por el crucero peatonal o no tiene miedo de ponérsele al frente a un auto que se pasó la luz roja y detenerlo para que lo deje pasar. Quiero un Perú donde el imbécil que se pasa la luz roja se sienta como un tarado y no como el criollazo del barrio. Un Perú en el que los peatones podamos sentirnos protegidos por nuestra propia voz, sin tener que correr a buscar a un policía vago, irrespetuoso e ignorante que dobla el reglamento de tránsito para favorecer su bolsillo y no al que tiene la razón.

3. Quiero un Perú en el que se le pague a los trabajadores lo que merecen por su esfuerzo. En el que los empresarios -peruanos y extranjeros- no crean que nos están haciendo un favor dándonos un puesto, pagándonos una porquería, explotándonos con horas extras no pagadas, no poniéndonos en planilla, no reconociendo nuestros esfuerzos con lo que nos merecemos, no pagando al Seguro Social ni al banco nuestra CTS. Un país en el que, cuando nos saquen de un trabajo, podamos recibir automáticamente lo que nos deben por tiempo de servicio, por liquidación y por todo lo demás que nos merecemos por ley y que, por hacerlo, no nos digan que somos desagradecidos, que no les devolvemos el "favor" que nos hicieron al darnos un puesto de trabajo, que los "traicionamos" y "no nos pusimos la camiseta". Quiero un Perú en el que se te respete por lo que haces y no se te trate como un pedazo de maquinaria, como un "recurso humano" aprovechable y dispensable.

4. Quiero un Perú en el que la derecha y la izquierda se respeten al caminar, en el que las líneas de la calzada no sean solo sugerencias que todos pasan por encima, en el que dos carriles sean dos carriles y no cuatro. Un país en el que los conductores no borren de su campo visual a los peatones y estos tengan que hacer piruetas para pasar de un lado al otro de la calle, arriesgando sus vidas. Solo el 5% tiene automóvil. No quiero un Perú en el que vivamos en una dictadura de la minoría más fuerte, que insulta y acelera en lugar de callar y detenerse para dar pase al más débil, el que no tiene una máquina de una tonelada para defenderse. Quiero un país en el que el PARE de las esquinas signifique contar hasta tres, ver si viene un auto o un peatón y estar consciente de quién tiene la preferencia, sin gritos, sin discusiones, sin insultos, sin bocinas.

5. Quiero un Perú en el que los peatones sean igual de responsables. En el que crucen por las esquinas y usen los cruceros peatonales, los puentes y caminen por la veredas. Quiero un Perú en el que los padres no arriesguen las vidas de sus hijos haciéndolos cruzar por donde sea. Quiero un Perú en el que las ambulantes que dan desayuno en las esquinas no pongan sillas en la pista y los patancitos de la cuadra no caminen en medio de la pista esperando que los autos los esquiven porque viven por ahí y se creen los dueños del asfalto cercano a sus casas.

6. Quiero un Perú en el que nos atrevamos a decirle al policía malcriado, ignorante o corrupto "usted no es mi jefe, yo soy el suyo porque le pago con mis impuestos y yo puedo decirle que está haciendo mal su trabajo". Que podamos acercarnos a un efectivo y decirle que realmente es un "defectivo" que no hace respetar su uniforme y que el hecho de que le paguen poco no significa que tenga que dejar de hacer su trabajo, porque, de ser eso una excusa, entonces el 99% de peruanos no trabajaríamos. Quiero un Perú en el que el policía no exija respeto, sino que imponga autoridad con el ejemplo, con el conocimiento y la aplicación de la ley.

7. Quiero un Perú en el que me dejen pasar cuando estoy entrando a un supermercado que decidió poner un banco en su puerta pero no le enseña a sus clientes desconsiderados a hacer bien la cola, de a uno, pegados a un lado en el que no sean un obstáculo para quienes queremos pasar. Quiero un país en el que quien sacó sus cosas del carrito o la canastilla de compras tenga la mínima educación de ponerla a un lado y no dejarla tirada en medio del corredor para que el siguiente cliente sea quien arregle su desorden. Quiero un país en el que la cajera que tiene un problema con un cliente le avise a los que están esperando detrás que va a demorar y que, si desean, pueden pasar a otra caja.

8. Quiero un Perú donde las combis respeten los paraderos no solo para dejar pasajeros, sino también para recogerlos. Donde no pongan la radio a todo volumen y se olviden que tienen vidas en sus unidades, vidas que deben cuidar en cada cuadra, en cada esquina, en cada curva. Quiero un país en el que, si no lo hacen, pueda llamar a alguien que me proteja de ellos, que los sancione ejemplarmente, que les ponga una multa y que la paguen porque se la merecen. Y que no sigan manejando por irresponsables y asesinos.

9. Quiero un Perú en el que, cuando vea a los políticos, no desconfíe de cada una de sus palabras. En el que mis representantes en el Congreso lo sean realmente, y que no representen solo a sus familiares y amigos. Que digan la verdad, que no inventen cuando no saben, que reconozcan sus errores y que piensen y hablen por sí mismos y por quienes los eligieron, no por los partidos que los cobijaron porque pagaron mil dólares más que alguien más decente que ellos. Quiero un país en el que pueda elegir si un congresista debe o no seguir en su puesto porque es un corrupto, un mentiroso, un aprovechado o porque no cumplió con su trabajo como lo esperábamos quienes lo elegimos. Quiero un país en el que tengamos menos líos de congresistas mediocres y más tiempo para solucionar los problemas de los que los eligen esperando que algún día alguien los represente de verdad. Quiero un Perú donde por lo menos hayan 120 personas honestas, que devuelvan la categoría de Palacio a la sede del Poder Legislativo. Quiero un Perú en el que los políticos hablen menos y den más el ejemplo con sus acciones.

10. Quiero un Perú en el que todos los medios sean sinceros. En el que no crean que, por ser el "cuarto poder", pueden hacer y decir lo que les da la gana. Que no sean abusivos y que, si tienen intereses ideológicos, políticos, económicos, religiosos, etc. lo digan abiertamente y no se escondan detrás del sagrado derecho a la libertad de expresión para meterle por el rabo sus mentiras y manipulaciones a un pueblo que necesita crecer, creer y no ser mecido. Ya tenemos suficiente con los políticos para esto. Quiero un Perú en el que los medios no creen ni utilicen organizaciones defensoras de las libertades para solo defender sus negociados y las mermeladas propias y de sus amigos. Quiero un país en el que los medios digan abiertamente, como lo hacen en otros lugares más civilizados, que apoyan a un proyecto político y a su candidato. Y que expongan sus razones sin denostar ni destruir a nadie que no está de acuerdo con ellos. Quiero un país en el que las empresas y los grupos de poder no compren el silencio o los ataques de los medios.

11. Quiero un Perú en el que todos sepamos adónde ir cuando nos mienten, cuando nos engañan, cuando se aprovechan de nosotros. Y que no tengamos que hacer colas ni pagar porque nos defiendan. Que seamos escuchados cuando necesitamos que nos escuchen y que nuestros reclamos sean resueltos con rapidez, eficiencia y buena onda. Quiero un país en el que no tenga que quedarme callado cuando me pasan por encima solo porque todos callan, porque todos se han resignado, porque todos dicen "así es el Perú, ¿qué se va a hacer?". Quiero que se pueda hacer, que el Perú no "tenga" que ser de una determinada manera, que seamos lo que queremos, que se respete a las minorías y que nadie se burle de las diferencias.

12. Quiero un Perú en el que pueda lanzarme al Congreso solo, sin tomarme fotos enternado, sino mostrando mis brazos tatuados, sin que nadie me tenga que decir lo que tengo que decir para llegar a hacer algo por mis hijos y los tuyos. Quiero un país en el que, si un partido me acepta, no sea porque soy negocio para sus líderes, que me dejen decir lo que pienso, lo que quiero, así esté en desacuerdo con sus consignas. Un país en el que puedo ser congresista y decir "NO votaré con ustedes porque NO estoy de acuerdo" y que no tenga que escapar de mis principios porque me dieron espacio para representar a quienes quieren que hable por ellos. Quiero un Perú en el que tenga verdadera libertad para hablar en el lugar donde debo hablar para que las cosas cambien, sin bancadas pétreas, sin arreglos debajo de la mesa, sin toma que te doy, sin lobbies ni regalos que devolver.

13. Quiero un Perú donde la educación no sea un privilegio de pocos, sino un derecho de todos. Un país donde no me impongan una cruz o un número seguido de varios ceros para poder saber algo más de lo que supieron mis padres. Quiero un país en el que mis neuronas y mis inseguridades sean tratadas con libertad y no adiestradas con temores. Quiero un Perú en el que pueda cuestionar lo que me enseñan en lugar de paporretearlo para sacarme un 11 que me vuelva un mediocre o un 20 que me haga creer que soy un mejor ser humano que otros que no tienen las mismas oportunidades que yo. Quiero un Perú donde la educación la hagan los estudiantes, exigiéndoles a sus maestros a ser mejores cada día, a saber más que ellos, a estar un paso más adelante. Y quiero un país en el que mis profesores ganen de acuerdo a sus méritos, no porque son amigos de este líder sindical o porque le huelen los pedos a este ministro o congresista del mismo partido al que pertenecen.

14. Quiero un Perú donde los niños no tengan que limpiar lunas de los carros ni hacer malabares en las esquinas para comprarse un lápiz con el cual aprenderán luego a votar por el que les regale una bolsa de arroz o un calendario.

15. Quiero un Perú donde no tengas que esquivar escupitajos en cada esquina, donde no tengas que arrodillarte para exigir tus derechos como si fueran favores, donde no tengas que comer de las sobras de tus jefes, quienes luego te botan a patadas y le dan una coima al inspector laboral para que pase por alto lo que te corresponde por tus esfuerzos.

16. Quiero un Perú donde las personas sepan que a su lado camina otro como ellos, que no lo atropellen, que no lo pisoteen, que no lo obvien ni lo olviden. Quiero un país donde tengamos consideración por el otro, en el que no vivamos como si fuéramos los únicos habitantes de una isla en la que peleamos con monos por conseguir uno de tantos cocos en uno de tantos árboles. Quiero un Perú donde respetarnos sea automático, no forzado ni impuesto por multas y letreros amenazadores en oscuras esquinas en las que cualquiera te puede robar o golpear.

17. Quiero un Perú donde la calle no sea de nadie, sino de todos y de cada uno. Quiero un Perú mío y tuyo, pero también nuestro. Quiero un país donde la cola sea de a uno, donde tengamos ojos a los lados y no solo al frente para recordar que donde nos paramos a conversar o donde dejamos estacionado el auto es también el lugar por donde podría pasar una joven pareja con su bebé en un cochecito que tendrán que sacar a la pista porque tú te olvidaste que no solo vives, sino que convives.

¿Quién aceptará mis planteamientos? ¿Quién se atreverá a no cobrarme un centavo ni pedirme nada a cambio para permitirme entrar al Congreso con estas ideas? ¿Quién va a permitirme ser yo durante cinco años y decir lo que pienso para hacer de este país un mejor lugar para todos? ¿Quién va a darme un número sin que tenga que decir que comulgo con su ideología, que soy "ista", sino que solo quiero llegar al Congreso para poner en práctica mis ideas sobre lo que creo que debe ser el Perú? A ver... quiero ver quién.

Nadie lo hará. Ningún partido tendrá los cojones. Y los demás candidatos seguirán haciendo sus ofertas. Y los partidos seguirán vendiendo números a quien les dé o les prometa más. Solo por eso no seré congresista ni serán congresistas ni presidentes los miles que piensan y quieren lo mismo que yo. Y el Perú seguirá siendo de algunos, justamente de quienes no debería ser.
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