sábado, 30 de agosto de 2008

Hildebrandt y Morey: ¿Quién es el perro y quién el hortelano?

Ayer, César y Luis Alfonso me hicieron recordar a Hugo y Alan. Sentí la misma náusea, las mismas arcadas que me producen siempre la prevalencia del dinero y el negocio sobre la dignidad y el orgullo.

En abril de este año nomás, luego de las primeras negociaciones entre RBC Televisión y Hildebrandt, este último les dijo de todo a Morey, Del Castillo y a todo el plantel del canal. Ayer debió renunciar -a modo de protesta- todo el personal del 11, a quienes César denostó una y otra vez en su columna de abril titulada "El grado de inversión de Canal 11".

Ayer, Hildebrandt mostró nuevamente su hipocresía.

No sé por qué la gente celebra tanto su retorno a la tele. No sé (bueno, sí sé, claro que sé) por qué ayer amó a Ivcher y hoy lo detesta (no estoy en contra de que lo deteste, yo también comparto el sentimiento desde hace más de una década).

No sé por qué dijo que Morey era casi divino en sus decisiones, cuando en abril nomás escribió esto de él: "¿O es que me proponían, ­acaso, asesorar a Luis Alfonso Morey, gerente general de RBC Televisión, joven de sólidos principios que fue Director de Cable Canal de Noticias, jefe de César Campos en esos manglares del niponismo azucarado, defensor público del sumamente pútrido ­Eduardo Calmell del Solar, prologuista de Fujimori en el libro “Fujimori vuelve”, autor neto de “El regreso del Chino: el nuevo fenómeno Fujimori” (publicado en el 2004), partisano de la libertad de expresión desde su puesto de columnista en “La Razón”, héroe casi troyano de la independencia de criterio cuando trabajaba en Astros Televisión (Canal 23 de la UHF) y animaba “Esta noche” (circa 2002) junto a Jorge Morelli y con el patrocinio del tercamente reo Vicente Silva Checa, muchacho ajeno al manoseo del poder cuando fue voceado, injustamente, como el novio de Keiko Fujimori? ¿Qué se le puede enseñar a alguien con esa experiencia? Supongo, ­además, que el único consejo que Morey aceptaría es el de Jorge Nakasaki".

No nos dejemos impresionar: Hildebrandt es uno más de esos periodistas que se venden al mejor postor, lo ha demostrado en cada uno de sus pasos y salidas de la cada día más vergonzosa tevé peruana.

Todos hablarán bien de él como hablan bien de Magaly, seguramente por temor. A mí Hildebrandt no me da miedo. Le agradezco todo el apoyo a mis campañas por la defensa de los animales, le estaré siempre agradecido por la forma en que me trató cuando me entrevistó en su programa en Canal 2, cuando amaba a Ivcher después de haberlo odiado antes de su segunda ola de odio. Pero, una cosa no tapa la otra: su comportamiento de geisha con disfraz de samurai de la prensa libérrima e incorruptible siempre me dio asco y me da asco esta vez más que las anteriores.

Y a Luis Alfonso Morey le lanzo la pregunta: ¿No era que querían hacer una televisión diferente? Por más rating que consiga el canal con un Hildebrandt al que todavía la gente le cree y a quien la mayoría teme, ese espíritu que querían construir en RBC ya se fue por el desagüe desde la conferencia de prensa de ayer.

Vamos a ver en qué bronca termina este nuevo amorío... ¿Será que en abril del 2009 veremos otra columna en la que Hildebrandt "recupera la memoria" como lo hizo con Ivcher? ¿Será antes? ¿Cuánto tiempo pasará hasta que el perro muerda la mano del hortelano... otra vez?

Regalitos:
1. La columna del odio aquí.
2. La conferencia de prensa del amor aquí
3. Un videíto sobre el tema gracias a utero.tv aquí
4. También viene... La revancha de Hildebrandt cuando se pelee con Morey (en salas en el 2009... a más tardar).
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