viernes, 4 de julio de 2008

Una pesadilla de apellido Medina

Yo solo quería dormir y no podía. Tenía en mi mente la retorcida idea de escribir de una vez por todas acerca de esta mujer que, de tan pobre que es, solo tiene dinero.

Nada en ella es real: todo es actuado, operado, cosido o pintado. Como muchas. Pero, en su caso, la boca grande que la genética le dio solo sirve para decir: “Soy periodista” sin poder terminar una frase completa en recto castellano. Y no hablo de culto o castizo español, sino solo de rectitud.


Su cerebro es rápido para el escándalo pero lento para la autocrítica. Su corazón –atrofiado por un pasado al que le arranca los ojos con trapos, bisturís y puntos de rating- está tan descompuesto que no se da cuenta de que, al final, se volvió un producto de la misma realidad espantosa que ensaya criticar.

Cuando me entero de que Magaly intenta desacreditar a sus críticos preguntando: “¿A quién le ha ganado este?”, me pongo a pensar en quienes han sido derrotados por ella. Y pienso en todos los peruanos que la idolatran y se recrean con sus disfraces y rabietas. Pienso en todos aquellos quienes, noche tras noche, desde hace varios años o solo pocas lunas, donan una hora de solo 18 que pueden aprovechar en un día a una mujer que ha hecho de sus complejos, traumas y carencias una carrera.

¿Significa mi crítica que avalo a quienes ella denuesta? Seguro que ella querría usar ese razonamiento –falaz por supuesto- para deshonrarme. Pero, no le voy a dar ese gusto. Entierro en el mismo sarcófago putrefacto a quienes ella demuele. Quienes Magaly Medina utiliza para vivir son, junto a ella, miembros de la misma dinastía: la del escaso amor propio, la del “me vendo por ser rico y famoso”, la de la mediocridad doble –aquella que se escribe con doble M.

Magaly Medina no es el Congreso. Ella no fue elegida por gente que no sabe votar. Ella se creó a sí misma con retazos de aquellos a quienes atropella con sus frases en un castellano tan inventado como las maravillas de las que se jacta. No tengo nada que envidiarle. Sus logros serían mi vergüenza, su dinero suma menos que un ápice de mi dignidad, sus residencias alojan a mis fantasmas y su orgullo es el ANO de mi ser PERUANO.

Yo sé que esto no le va a servir a ella para recapacitar, ni es lo que quiero. Solo quiero arrancarme de adentro lo que no me dejaba dormir esta noche, cuando –de pura casualidad- tuve que quedarme mudo ante la pantalla rebosante de M que MM llenaba con ese color rojizo que produce el cólera de la cólera.

Me pido perdón a mí mismo por haber dedicado 10 minutos de mi tiempo a escribir sobre ella. Pero, por fin, puedo dormitar con calma y dar paso a otras pesadillas, de esas que, afortunadamente, aparecen solo cuando uno cierra los ojos.

Si algún sociólogo cree que me contradice al afirmar que Magaly Medina tiene un papel en la sociedad peruana, se equivoca. Estoy de acuerdo: su papel es el higiénico.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre de alma y espíritu, su mediocridad se divierte en ufanar o vindicar continuamente su escasez de valores y su alta propensiòn para someter a otros a la humillaciòn ajena para ocultar sus carencias y su vida insipida pro televisiòn... Si existe, es tambien culpa y muestra de la sombra de esta sociedad edificadora de continuos idolos de barro.. De no ser por ello, seguiria deambulando por ahi, detras de algun escritorio sumergida en el anonimato.. El mismo anonimato al que por el bien de la sociedad, deberia someterse.. Un abrazo..

Anónimo dijo...

Jérson:
Esa Mujer, "si se le puede llamar así", ya que existe muy por debajo de la delicadeza que las caracteriza, dice tener mucha personalidad y yo me pregunto: ¿alguien con personalidad disfraza su apariencia con bisturies y sigue a las corrientes de la moda que en ella no luce bien?.... programas como el de ella no deberian quitarle espacio a la cultura o a la sana diversión que nuestro pais necesita, lamentablemente los espacios privados son eso, pero la television de señal abierta podria ser nuestra comenzando por dejar de frecuentar programas como este

moisés granados-zuloeta dijo...

siempre separé a los "críticos" de los "hacedores". si bien la medina inició su carrera como reverenda crítica, el éxito de su programa, su fórmula de éxito, nos guste o no, la convierten en "hacedora" a quien hoy otros critican. no estoy de acuerdo con sus formas, ni con su contenido, pero ha destacado, se ha mantenido y de crítica, hoy también es constructora... de burdeles o caseríos, pero hacedora al fin.

Anónimo dijo...

Todos quieren opinar de Magaly. Todos la quieren criticar. Y todos cometen las mismas barbaridades que le critican.
¿Una barbaridad, sólo por hacerla en privado, deja de ser barbaridad?
Tremendos cochinos que somos todos, como para andar criticando lo que hacen otros.

Ni tú, ni nadie. Ni usted, ni yo.

Y a Magaly sí se le puede llamar MUJER. No hay razón para no hacerlo.
Todos la vemos 1 hora al día, de las restantes 23 no sabemos nada.

Ya cansa que los que critican a MAGALY MEDINA (con mayúsculas), digan siempre que no es una personalidad importante, que no es una figura influyente, que no vale nada, que es de lo más bajo..... y TODOS se toman el tiempo de hablar de ella. Qué irónico.

"No vale nada, pero aquí estoy hablando de ella" Jajaja.

Si no les gusta Magaly, respeten a la gente que sí. No sean tontos.

JEES dijo...

Caracho... el senor anonimo me ha visto hacer cochinadas en privado... Pufi.

Anónimo dijo...

Este post sobre MM me hace de este 28 un feliz 28.

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